Las empresas se actualizan rápidamente para la era digital y los líderes se dedican a algo llamado «transformación digital». No es sólo una tendencia pasajera, sino que es un gran avance que ayuda a las empresas a ganar más dinero, gastar menos, seguir siendo competitivas y deleitar a los clientes. La urgencia ha aumentado durante el caos de la COVID-19, y el 87 por ciento de los líderes sitúan la transformación digital en la parte superior de su lista de tareas pendientes, según Gartner.
Aquí está el giro de la conspiración: a pesar del diablo, el 70 por ciento de estos creadores digitales fracasan. ¿Cuál es la pieza que falta? Conviértase en un campeón: una cultura sólida basada en datos.
Piense en la transformación digital como un rompecabezas gigante. Los datos son como la pieza mágica que mantiene todo unido. No se trata sólo de tratar con datos, sino de crear un ambiente favorable donde los datos ayuden a decidir cosas y planificar estrategias. Pero muchas organizaciones olvidan esta hermosa parte.
Los proyectos digitales a menudo se reducen a minucias de datos. Las organizaciones conocedoras de datos no siempre son adecuadas para una cultura basada en datos de primer nivel. Existe una diferencia entre simplemente recopilar datos y utilizarlos como una súper herramienta para lograr el éxito.
Piense en la transformación digital como un rompecabezas gigante. Los datos son como la pieza mágica que mantiene todo unido. No se trata sólo de tratar con datos, sino de crear un ambiente favorable donde los datos ayuden a decidir cosas y planificar estrategias. Pero muchas organizaciones olvidan esta hermosa parte.
En el mundo del éxito, la cultura es el ingrediente secreto. Como dijo Marvin Bower, el cerebro detrás de McKinsey, la cultura es «la forma en que hacemos las cosas aquí». Una cultura positiva basada en datos no se trata solo de alcanzar los objetivos comerciales: puede aumentar significativamente las ganancias. Una buena cultura se centra en los mejores talentos, lo que genera un 33 por ciento más de ingresos.
Entonces, en este viaje hacia la grandeza digital, no se trata solo de tecnología sofisticada. Se trata de crear una cultura en la que los datos no sólo se gestionen, sino que se defiendan.